Beneficios de los hábitos alimentarios en el niño
A partir del primer año, la alimentación infantil sufre cambios importantes. Desaparece el biberón y aprenden a utilizar el vaso y los cubiertos. La textura de los alimentos también cambia, así como su variedad.
Es un momento importante para ir introduciendo pautas de alimentación que serán importantes para toda su vida. Establecer rutinas con las comidas y procurar que transcurran en el mismo lugar y a las mismas horas, es fundamental.
- Alrededor de los cuatro años el niño de haber aprendido hábitos de alimentación, en caso contrario también presentará problemas de comportamiento, como rabietas, gritos, llantos, etc…
- Los niños necesitan autoridad en el hogar; si les permitimos hacer gracias con la comida o jugamos a perseguirles con los alimentos, menoscabamos su importancia.
- Los hábitos y las costumbres dan seguridad a los niños, porque saben lo que va a ocurrir, contribuyendo a su bienestar.
- Los niños copian todo de los padres, también la forma de afrontar los problemas. Si solucionamos los conflictos con la comida de forma equilibrada y tranquila pero con firmeza, les ofrecemos un modelo eficaz.
- Si las tensiones con la comida se manejan mal, probablemente darán lugar a situaciones similares en otras facetas, como los estudios, las normas, etc…
- Hay que pensar en el momento de las comidas como la ocasión de compartir y pasar un momento agradable.
- Estableciendo buenos hábitos alimentarios sentamos las bases para una correcta nutrición y evitamos futuras patologías relacionadas con la alimentación.
- La dieta equilibrada y la alimentación saludable bien introducidas en la infancia se mantienen durante la edad adulta.
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