La pérdida del olfato. Saborear en blanco y negro
Para ilustrar la estrecha relación existente entre los sentidos del gusto y el olfato, hagamos un pequeño experimento: cogemos una porción de nuestro plato preferido y nos la comemos tapándonos la nariz.
En efecto, no le sacamos el sabor. Sí que habremos percibido si nuestro alimento es dulce, salado. amargo o agrio, pero la multitud de matices que hacen que sea nuestro alimento favorito se han perdido. Esto es debido a que una gran parte del gusto de los alimentos nos viene dada por los aromas a través del olfato, mientras que la lengua nos transmite la calidad de los sabores, que son pocos.
La pérdida del olfato se denomina Anosmia
Quien haya padecido un resfriado sabe que la oclusión de las vías nasales conlleva unos días de comidas insípidas y sin alegría. Es preciso tener paciencia para recuperar toda la gama de aromas de nuestros menús.
Si ha transcurrido un tiempo tras su constipado u cualquier otra afección respiratoria con pérdida de olfato y no lo ha recuperado, debe consultar con su médico para dar con la causa subyacente.
Otras causas de la pérdida del olfato
- Pólipos nasales o deformidades del tabique nasal que impiden que el aire llegue bien a la nariz.
- Demencia senil
- Trastornos del sistema endocrino
- Trastornos neurológicos o traumatismos craneales
- Trastornos nutricionales
- Tumores de la cabeza o el cerebro
Muchos medicamentos pueden cambiar o disminuir la capacidad para detectar olores.
Cuando se abandona el tabaco, también se amplía la gama de aromas percibidos y se recupera el gusto de los alimentos.
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