Consideraciones sobre el dolor crónico
El dolor crónico puede constituir un círculo vicioso para aquellas personas que lo padecen. Generalmente transcurre mediante cuatro factores:
Sedentarismo. Debido al dolor se tiende a evitar la actividad física, con lo cual se pierde fuerza y flexibilidad. Cuanto más débil se está también aumenta la depresión y la frustración. Las emociones negativas aumentan el dolor.
Actividad en exceso. Es común que para demostrar que se sigue activo se realicen excesivas actividades que también son contraproducentes porque a la largan causan un desgaste innecesario y excesivo.
Incomprensión. Los amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc… subestiman la dolencia y no comprenden bien que la persona esté sufriendo este tipo de episodios. Los sentimientos de rabia y depresión aumentan y por lo tanto también lo hace el dolor.
Protección excesiva. El paciente se acostumbra a vivir en un estado de autoprotección o autoexclusión de las rutinas diarias y las relaciones. Como consecuencia su indefensión y su falta de recursos repercute en el aumento de la dolencia.
Cuando el dolor crónico es el único foco de atención llega a dominar la vida de la persona. Todo su mundo gira en torno a las actividades que permite el dolor. Es posible recuperar el control de la vida propia y no estar sometido a las exigencias completas del padecimiento.
Redefinir el dolor
- Es posible que deba empezar por redefinir su dolor. El primer paso es aceptarlo para aprender a tratarlo de la mejor forma posible.
- El enfermo debe asumir su propio dolor, sin esperar a que los demás lo comprendan o dejar las soluciones en manos de terceros.
- A tal efecto puede buscar e informarse sobre técnicas de relajación y reorientación de los patrones negativos, buscando ayuda profesional en su caso.
- Por ejemplo, Las técnicas de relajación dan muy buenos resultados en dolores crónicos de espalda y cabeza porque reduce la intensidad, la frecuencia y la duración de los mismos.
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