Tics nerviosos que no son tan inofensivos
Existen ciertos tics o hábitos de ciertas personas en relación al cuerpo que a la larga no son tan inofensivos como parecen. A continuación explicamos los motivos para decidirse a abandonarlos.
Hacer crujir las articulaciones. Cuando éstas se fuerzan, crjuen debido a la presión. Con este tic se dañan los tejidos blandos de las articulaciones, sobre todo de los dedos, y se reduce la fuerza de sujeción. Hay personas que encuentran en ello cierto placer, pero cuando se convierte en un hábito continuo entraña peligro.
Morderse el tejido interno de la boca. La costumbre de morderse los carrillos por la zona interior se denomina queilofagia. Puede originar anomalías en los dientes y en la mandíbula durante la adolescencia. También provoca úlceras bucales en los adultos que pueden ser dolorosas y que aumentan los riesgos de sufrir una infección.
Tocar y apretar los granos. Es una práctica muy habitual en la adolescencia y a la vez muy dañina para la piel, ya que los únicos efectos que provoca son dejar marcas que a veces quedan para toda la vida, y empeorar el acné. Las conductas de higiene deben ser rigurosas incluyendo una exfoliación semanal y una alimetación baja en azúcares.
Morderse las uñas. Es un hábito que los expertos denominan onicofagia, y afecta también a los adultos en un porcentaje de un diez por ciento. Este tic nervioso surge cuando la persona trata de eliminar ansiedad. Con el tiempo el aspecto de las uñas se afea y el problema de orden estético se agrava debido a la deformación y las heridas en los dedos. Pueden surgir infecciones por hongos o bacterias y la salud de los dientes también se resiente.
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