Técnicas aversivas para abandonar el hábito de fumar
Se trata de procedimientos psicológicos específicos con cuya práctica se obtiene la experiencia de aversión o rechazo psicológico hacia el tabaco. Su objetivo es desmitificar el poder del cigarro o disolver la idea preconcebida que tiene la persona en cuanto a su beneficio psicológico.Son técnicas aplicadas en gabinetes especializados, que funcionan mejor con una rutina dirigida, pero también pueden servir de ayuda para realizarlas por cuenta propia.
Este tipo de técnicas están indicadas en determinadas situaciones:
- Personas altamente motivadas y con gran deseo de liberarse del tabaco, no habiéndolo conseguido con otros tipos de tratamiento.
- Personas muy motivadas para el cambio que disponen de poco tiempo para dejar de fumar y están dispuestas a someterse a un tratamiento intensivo.
Técnicas aversivas específicas
Fumar rápidamente. Consiste en fumar de forma rápida y profunda realizando una inhalación cada 5-6 segundos, durante quince minutos. Se descansa cinco minutos y se repite el proceso durante una hora. En el descanso la persona se hace consciente de las sensaciones desagradables experimentadas.
Técnica de retener el humo. Se trata de retener el humo en la cavidad oral durante treinta segundos durante los cuales respirará por la nariz, para concentrarse en las sensaciones desagradables que siente. Se repite seis veces descansando durante treinta segundos.
Saciación. Triplicar el consumo de cigarrillos con relación a su nivel habitual. Con esta técnica el adicto pasa de desear un cigarrillo a mostrar repugnancia por él. La asociación de bienestar al hecho de fumar se sustituye por malestar general.
Fumar focalizado. La persona fuma durante cinco minutos de forma habitual sin realizar ninguna otra actividad, concentrándose únicamente en las sensaciones que experimenta tal y como son en realidad.
Por lo general, la terapia suele durar dos o tres semanas antes de abandonar el hábito.
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